n primer lugar, durante la reunión de comisión de la Legislatura de Tierra del Fuego que analiza el proyecto de ampliación del ejido urbano de Ushuaia, la investigadora del CONICET y arquitecta Lucía Fank tomó la palabra en representación del Colegio de Arquitectos de la Provincia y presentó una postura crítica, basada en argumentos técnicos, urbanísticos y ambientales. Si bien celebró que se abra la discusión sobre el crecimiento de la ciudad, sostuvo que una decisión de semejante magnitud no puede abordarse de manera aislada ni apresurada, sino que debe formar parte de un debate más amplio sobre el modelo de desarrollo territorial de la provincia.
En ese marco, Fank, que posee un doctorado en arquitectura, explicó que el proyecto propone multiplicar casi por diez la superficie actual del ejido urbano, pasando de las 10.803 hectáreas vigentes a unas 115.000 hectáreas. Según señaló, una expansión de esa escala exige información precisa, estudios integrales y consensos sólidos, condiciones que, a su entender, hoy no están presentes. Los considerandos del proyecto —agregó— enumeran diversas problemáticas como el crecimiento demográfico, el déficit habitacional o el desarrollo de actividades económicas, pero no logran articularse de manera coherente ni ofrecen insumos suficientes para justificar la planta urbana propuesta.
Asimismo, la especialista cuestionó que la iniciativa avance sin una definición previa de la capacidad de carga del territorio, un concepto central para cualquier proceso serio de ordenamiento territorial. En ese sentido, remarcó la necesidad de construir información geográfica de base que permita identificar aptitudes, restricciones y áreas sensibles antes de redefinir los límites administrativos de la ciudad.
Por otra parte, al referirse al déficit habitacional, Fank fue categórica al afirmar que la experiencia urbana demuestra que este problema no se resuelve simplemente con más tierra disponible. Por el contrario, sostuvo que resulta indispensable fortalecer los instrumentos de gestión urbana, como la recuperación de plusvalías, los impuestos al lote baldío, la densificación de áreas consolidadas y la provisión de servicios básicos en barrios existentes. En ese sentido, propuso avanzar primero en la identificación de vacíos urbanos prioritarios y en el reconocimiento de las distintas demandas habitacionales, ya que no todos los déficits requieren nuevos loteos.
En relación con el crecimiento demográfico, advirtió que la ampliación planteada daría lugar a una dispersión urbana extrema, con una planta de aproximadamente 40 kilómetros de extensión. Según explicó, incluso ante un escenario de fuerte crecimiento poblacional, esa expansión provocaría una drástica caída de la densidad, encareciendo el mantenimiento de la infraestructura, los tiempos de traslado, el consumo de recursos y el impacto ambiental. Además, comparó la densidad actual de Ushuaia con la de otras ciudades patagónicas y con las recomendaciones de organismos internacionales, subrayando que el problema no es la falta de suelo, sino la forma en que se organiza la ciudad.
En el plano ambiental, Fank alertó que el proyecto carece de información específica indispensable para la toma de decisiones. Señaló que Ushuaia depende de su entorno natural no solo para el turismo, sino también para su propia calidad de vida, y remarcó la importancia de considerar bosques, turberas, arroyos y cuencas hídricas desde una mirada integral. En ese sentido, cuestionó que el ejido se delimite mediante paralelos y meridianos, sin respetar las características reales del territorio, lo que podría generar un desacople entre el territorio administrativo y el territorio efectivo a gestionar.
Del mismo modo, criticó que el proyecto avance en la definición de infraestructura, reservas naturales y promoción de inversiones sin haber definido previamente la vocación territorial. Desde su perspectiva, este enfoque resulta riesgoso y podría fomentar la especulación inmobiliaria, especialmente en zonas sensibles como la costa del canal Beagle.
Previo a concluir la intervención, la experta invitada recalcó que: ¨ Para cerrar la presentación, consideramos que el debate no es ampliación del ejido si o no, sino cómo lo tenemos que hacer. Estamos hablando de un tema de tal complejidad y con tantas aristas técnicas, políticas y sociales que no se puede resolver en unas horas de discusión. Creemos firmemente que no podemos resolver el futuro de los próximos 50 años de la ciudad sin un debate serio y participativo¨, afirmó, al reclamar un proceso serio, participativo y con fuerte sustento técnico, acorde a la magnitud del desafío que enfrenta Ushuaia y la provincia en su conjunto.
Finalmente, Fank propuso reorientar el debate legislativo y llamó a impulsar desde la Legislatura una Ley de Ordenamiento Territorial Provincial, que permita consensuar criterios ambientales, sociales y económicos a largo plazo.
Lucía Fank es Investigadora del CONICET (CIT-UNTDF) y Docente en Planificación Urbana (UBP, UNC). Doctora en Estudios Urbanos y Regionales (BAUHAUS UNIVERSITÄT- UNC). Magister en Hábitat y Pobreza Urbana en América Latina (UBA). Arquitecta (UNC).